jueves, 11 de junio de 2009

EL SER HUMANO ES UN CAMPO ELECTROMAGNÉTICO

“La Tierra es básicamente un gran imán, con sus polos magnéticos cerca de los geográficos (definidos por la intersección del eje de rotación terrestre con la superficie.
El campo electro-magnético de la Tierra va entre las frecuencias de 0 a 30 Hz.
La frecuencia de mayor amplitud es 10 Hz. No coincidentemente, las ondas del cerebro humano van de 0 a 30 Hz. Y la de 10 Hz es la onda alfa, que científicamente se dice que es un estado, en el cual el cerebro se mantiene muy bien y en equilibrio, además puede proporcionar un buen rendimiento físico.

Sobre la Tierra se necesita una aguja sensible para detectar las fuerzas magnéticas, y en el espacio las mismas son mucho más débiles. Más allá de la atmósfera densa tales fuerzas tienen un rol mucho mayor, y existe una región alrededor de la Tierra donde ellas dominan el entorno, llamada magnetosfera de la Tierra. Esta región contiene una mezcla de partículas cargadas eléctricamente, y los fenómenos eléctricos y magnéticos (mas que la gravedad) determinan su estructura.
Sólo pocos fenómenos observados en superficie provienen de la magnetosfera: fluctuaciones del campo magnético conocidas como tormentas y subtormentas magnéticas, y la aurora polar o "luces del norte", que aparecen en los cielos nocturnos de lugares como Alaska y Noruega. Pero los satélites en el espacio sienten mucho más: anillos de radiación, estructuras magnéticas, rápido flujo de partículas y procesos que las energizan.

Médicos y científicos internacionales han comprobado la efectividad de la energía de los campos magnéticos en el organismo humano, después de 20 años de investigación profunda. Para que los impulsos magnéticos tengan la deseada influencia positiva en el cuerpo, sin que haya efectos colaterales, estos tienen que compaginarse con la ventana biológica humana. Las frecuencias y la fuerza de los campos tienen que encontrarse en una zona biológica natural dentro del organismo. Esto exige mucho a los científicos y a los que lo desarrollan.

CONCLUSIONES PERSONALES SEGÚN INVESTIGACIONES HECHAS

Las influencias electromagnéticas de los planetas o cuerpo celestes sobre el Ser humano es un hecho; y que éstas influencias se manifiestan a través de fuerzas que dan como resultado una constante matemática la misma que puede ser calculada, y éste cálculo o resultante se llama Carta o mapa Natal; que una vez interpretada, nos señalará con exactitud en donde están las carencias vitales, potenciales intelectuales, físicos, espirituales del ser humano; dado que éste es un ser Holístico o Integral, dichas influencias se dan en todos los niveles en los que participa el hombre.

Ya la NASA detectó que al abandonar el campo magnético de la Tierra los
astronautas padecían la denominada "enfermedad espacial" caracterizada por el desarrollo de osteoporosis y deficiencias en el sistema inmune por estar directamente influidos por estas fuerzas electromagnéticas. Muchos investigadores piensan hoy que el gran número patologías que se diagnostican -muchas de ellas articulares- podría deberse a la suma de la disminución progresiva del campo magnético de la Tierra denunciada por los investigadores japoneses Kawai y Ritake (un 5% anual) y a la enorme contaminación electromagnética que sufrimos.
En esta línea, ya en 1958, el doctor Nakagawa acuñó la expresión "Síndrome de deficiencia de campo magnético" para definir la dolencia de aquellos pacientes que presentan síntomas como rigidez de hombros, espalda y base del cuello, dolor en la parte baja de la espalda, migrañas, vértigos, sensación de pesadez, insomnio, laxitud general y desequilibrio del sistema nervioso autónomo.





Bibliografía utilizada

Según el Geomagnetismo: Tomado de: (http: //Boards1.melodysoft.com/app? ID=Geonte&msg=37)
Enseñando sobre el Magnetismo. Autor: David P. Stern, Emeritus, Centro de Vuelos Espaciales Goddard. Edición 1987.
El Libro de la Magnetoterapia de Roger Coghill. Edición 2002.
Los fundamentos del magnetismo animal
Aforismos de Mesmer y comentarios del doctor Caullet de Veaumorel. De Franz Antón Mesmer

No hay comentarios: